Hay pocos enigmas que permanecen ocultos al ojo humano. Los secretos, en esta nueva era, donde es mucho lo que se ha descubierto por el hombre, ya son para el día de hoy grandes revelaciones. Sin embargo, hay una parte de la anatomía del ser humano que se ha resistido a revelar sus funciones por completo. El cerebro se empeña en mantenerse como un enigma para la ciencia. La mayoría de los sectores que hay en él se mantienen como un gran misterio para el hombre. Por ello, cualquier oportunidad que se presente para su estudio es aprovechada, incluso, cuando el objeto de estudio es una niña de 13 años de edad: Genie.
Aunque esta disciplina nada tuvo que ver con las circunstancias en la que esta inusual niña desarrolló parte de su vida, Genie, mejor conocida como “la niña salvaje”, representa la oportunidad que la ciencia esperaba para estudiar partes del cerebro a las que no había podido acceder. El 4 de Noviembre de 1970, Genie fue encontrada en California por las autoridades del estado. Sorprendentemente, a pesar de tener 13 años de edad, no podía hablar. Solo gesticulaba sonidos parecidos a los de un animal.
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