La modernidad ha traído consigo cambios para los que el ser humano no estaba listo para enfrentar. Uno de ellos afectó directamente la forma de contemplar el arte. Hace poco nació una nueva manera de apreciación hacia esta disciplina que aproxima aún más al público y al artista. Incluso, en el año 1916, esta práctica fue nombrada oficialmente como “arte del performance”. Esta forma de arte permite ejercer este oficio de manera libre, y por lo general, guarda una interacción cercana con los espectadores. Debido a esto su resultado es impredecible.
Marina Abramovic, quien se describe a sí misma como “la madrina del arte del performance”, realizó un inusual experimento que obtuvo resultados aterradores. Esta artista le comunicó al público presente en una de sus obras que se mantendría inerte durante 6 horas sin importar lo que le hicieran o lo que sucediera alrededor de ella. Previamente a esto, colocó en una mesa 72 objetos (plumas, flores, cuchillos y hasta una pistola cargada). E invitó a los espectadores a usar en ella los instrumentos que desearan.
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